JESÚS FRENTE A DIOS Y SU REINO

1.     JESÚS FRENTE A DIOS Y SU REINO (JUNIO)

LEMA: “Ante la sociedad en desunión Jesús nos pide vivir en comunión”

CANTO:

ORACIÓN:

Dios padre todo poderoso que hiciste cuanto existe, y que has querido que todos te reconociéramos como padre, te pedimos, por mediación de tu Hijo Jesucristo nuestro hermano que murió por nosotros en la cruz, resucitó y está a tu derecha; en el Espíritu Santo que nos guía hasta la verdad plena, nos envíes tu reino de amor y verdad, de justicia y de paz, para que todos juntos en comunión y participación podamos ser protagonistas de nuestra historia de salvación. Amén.

HECHO DE VIDA:

El padre Rudecindo Belalcázar se encuentra con José un campesino de su parroquia, buenos días padrecito, ¿cómo está?; Bien José gracias; ¿qué hace por acá tan temprano? Estoy buscando las almas perdidas que no van a misa, que bueno que busque esas almas perdidas, padrecito.

José, pero a ti ya no te he visto en misa los domingos, es que estoy trabajando padrecito, y no puedo ir. Pero recuerda que lo más importante es Dios, eh, tanto no ha de ser, es que si no trabajo no como padrecito.

Como así José, es cierto que necesitamos todos trabajar pero también debemos dejar un tiempo para el dueño de la vida, sino, dime José ¿quién te da la salud? ¿Quién te da la vida? ¿Quién hace que la tierra de sus frutos?

Con todo respeto padrecito, la salud me la cuido yo mismo cuando como sano, hago ejercicio, no me preocupo mucho etc., la vida me la dieron mis papas y estaré aquí hasta que me toque; y la tierra es la que da los frutos, como no lo enseñan los que vienen al cabildo a las preparaciones, esa es la madre tierra que hay que cuidarla.

Veo José que ya no crees en Dios, no padrecito yo sí creo en Dios pero no en el suyo porque ese ya pasó de moda, como así, Dios es el mismo ayer, hoy y siempre sólo que tú no lo quieres ver. 

DIÁLOGO COMUNITARIO:

  1. ¿A quienes buscaba el padre Rudecindo?
  2. ¿Qué opinas de la respuesta de José?
  3. ¿Crees que hay personas en tu parroquia que tienen las mismas ideas de José?
  4. ¿Cómo hacer para cambiar este pensamiento?

ILUMINACIÓN BÍBLICA: Lc 12,13-23  

«Uno de entre la gente le dijo: “Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo”. Él le respondió: “hombre ¿Quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho.  Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?  Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;  y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.  Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido».

Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús

REFLEXIÓN:

La idea del Reino de Dios se encuentra predominantemente en el Nuevo Testamento, específicamente en los Evangelios.

El "Reino de Dios" es un término usado indistintamente con el de "Reino de los Cielos". En el Evangelio según San Mateo se utiliza esta última, mientras que en Lucas, Marcos y Juan se utiliza "Reino de Dios".

El pensamiento cristiano del Reino de Dios agrupa varias ideas, entre las que destacan las siguientes:

Ø  El Reino de Dios es lo que hay que hacer y realizar. Cuando Jesús habla del Reino de Dios nos está mostrando la Buena Noticia, de transformar lo malo en bueno, la injusticia en justicia, es decir que Reino es algo que nos transforma y nos cambia para el bien.

Ø  El nos habla muchas veces del Reino de Dios, que está cerca y la manera de explicarlo es con parábolas que son comparaciones que expresan una enseñanza.

 

ASPECTO PRESENTE:

Los evangelios describen a Jesús proclamando el Reino como algo que ya está cerca, que está llegando en el presente, no como una realidad futura. Las actividades reportadas de Jesús, al sanar enfermedades, expulsar demonios, enseñar una nueva ética de vida y ofrecer una nueva esperanza en Dios al más pobre, se entienden como una demostración que el Reino está en acción.

"El Reino de Dios" es propio del ser, el cual nos indica que es Dios mismo desde un punto de vista concreto, su actuación en este mundo y en nuestra historia.

Jesús usó el lenguaje del "Reino de Dios" de una forma que se contrapone con los revolucionarios judíos del siglo I, llamados zelotes, que creían que el Reino era una realidad política que llegaría con una revuelta violenta contra la dominación romana, reemplazada por una teocracia judía.

En la teología católica, Jesús invita a todos los hombres a entrar en el Reino de Dios; aún el peor de los pecadores es llamado a convertirse y aceptar la infinita misericordia del Padre. El Reino pertenece, ya aquí en la tierra, a quienes lo acogen con corazón humilde. A ellos les son revelados los misterios del Reino de Dios. La Iglesia (católica) se considera a sí misma como "el germen e inicio sobre la tierra" del Reino de Dios y que la plenitud de éste se alcanzará después del juicio final, cuando el universo entero, liberado de la esclavitud de la corrupción, participará de la gloria de Cristo, inaugurando «los nuevos cielos y la tierra nueva» (2 P 3, 13). Así se alcanzará el Reino de Dios pleno, es decir, la realización definitiva del designio salvífico de Dios de «hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra» (Ef 1, 10). Dios será entonces «todo en todos» (1 Co 15, 28), en la vida eterna.

ASPECTO FUTURO

La manifestación presente del Reino fue expresada por Jesús como evidencia provisional de una realidad más amplia en un futuro inminente.

Este aspecto futuro del Reino es la creencia en una implementación post-apocalíptica del gobierno de Dios, (teocracia), especialmente en la interpretación pre-milenarista del protestantismo fundamentalista.

La tensión entre los aspectos futuros y presentes del Reino se han llamado "el ahora y el no todavía" del Reino de Dios.

La misión de la Iglesia es "anunciar el Reino de Cristo y de Dios, establecerlo en medio de todas las gentes; la Iglesia constituye en la tierra el germen y el principio de este Reino". (Lumen gentium 5) Por un lado la Iglesia es "sacramento, esto es, signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano"; ella es, por lo tanto, signo e instrumento del Reino: llamada a anunciarlo y a instaurarlo. El Reino de Dios tiene, en efecto, una dimensión escatológica: Es una realidad presente en el tiempo, pero su definitiva realización llegará con el fin y el cumplimiento de la historia.

COMPROMISO:

Cada cristiano debe comprometerse a hacer realidad el reino de Dios en cada una de sus vidas, para esto es necesario que nuestros pensamientos, sentimientos y acciones estén guiados por Cristo y su palabra. Nos comprometemos a vivir en actitud de adhesión total a Dios.

DIOCESIS DE IPIALES
 
VIVAMOS ESTE GRAN
ACONTESIMIENTO
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Credo Nicenoconstantinopolitano
 
Creo en un solo DIOS, PADRE
todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor,
JESUCRISTO,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos
los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz.
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros los hombres
y por nuestra salvación, bajó del cielo;
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el ESPÍRITU SANTO,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo,
recibe una misma adoración y
gloria,
y que habló por los profetas.

Creo la iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.

Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
 
 
 
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